Estamos en la recta final de las
campañas política. Cada candidato presume que será el ganador gracias a sus
propuestas que, según ellos, son las mejores. Dichas propuestas podemos leerlas
en la propaganda que nos hacen llegar a nuestros hogares o través de medios
electrónico, redes sociales y periódicos.
Decepcionante ha sido recibir y
ver propaganda electoral impresa y en redes sociales con faltas de ortografía.
Si eso fuera un motivo para que los candidatos perdieran su registro,
seguramente la elección de este 7 de junio se anularía por falta de
contendientes.
A pesar del presupuesto
millonario con que cuentan los partidos políticos, estos no se preocupan por
cuidar la ortografía y la sintaxis de su propaganda. Quizá piensen que las
personas ponen más atención al fondo que a la forma, es decir a lo que se dice
y no como se escribe. El efecto de las redes sociales se extiende.
Las faltas de ortografía nos permite
suponer muchas cosas de un candidato: que su habilidad en la escritura es muy
pobre; que creen que el pueblo es ignorante y no es necesaria la ortografía
correcta, al fin que ni por enterado se da; que su equipo de colaboradores es
incompetente en gramática; que no quieren pagar para no rebasar el tope de
gastos de campaña. Creen que solo con Photoshop y propuestas “alegres” es
suficiente para crear una imagen de “inteligente”.
No dudo que más de un candidato
piense que se exagera en eso de la ortografía: “En qué afecta un «tu» sin
acento o con acento, o usar mayúsculas indiscriminadamente; para qué
preocuparse por nimiedades como las tildes, nombres propios o signos
gramaticales, ¿acaso muere alguien?”. Probablemente creen que deba de jubilarse
a la gramática, como lo ha hecho en Facebook.
Pensar que una propaganda con
faltas de ortografía no es importante, es como creer que consumir un cigarro de
mariguana y una raya de cocaína de vez en vez no daña a nadie. Sin embargo, el
narcotraficante se fortalece de estos ingenuos que le llenan el bolsillo. Cada
grapa o carrujo comprados equivale a una bala que deja huérfanos y viudas, además
de robar la tranquilidad de todos.
Entonces, me hago la siguiente
pregunta: ¿se puede confiar en un candidato que afirme que la educación es la
base del progreso y que prometa mejorar la enseñanza con más y mejores
escuelas, maestros preparados y horarios ampliados cuando es incapaz de
presentar su propaganda con buena ortografía? Simplemente resulta incongruente.
*Relación de la propaganda
revisada: Ricardo Barroso Agramont, Carlos Mendoza Davis, Carlos Sánchez, Axxel
Sotelo, Roxana Bermúdez, Juan Alberto Valdivia Alvarado, Saúl González,
Fernanda Villarreal, Jisela Paes y Diana Von Borstel.
Twitter: @gerardocejag
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