viernes, 22 de mayo de 2015

Campañas políticas*, gramática y narcoconsumo


Estamos en la recta final de las campañas política. Cada candidato presume que será el ganador gracias a sus propuestas que, según ellos, son las mejores. Dichas propuestas podemos leerlas en la propaganda que nos hacen llegar a nuestros hogares o través de medios electrónico, redes sociales y periódicos.

Decepcionante ha sido recibir y ver propaganda electoral impresa y en redes sociales con faltas de ortografía. Si eso fuera un motivo para que los candidatos perdieran su registro, seguramente la elección de este 7 de junio se anularía por falta de contendientes.

A pesar del presupuesto millonario con que cuentan los partidos políticos, estos no se preocupan por cuidar la ortografía y la sintaxis de su propaganda. Quizá piensen que las personas ponen más atención al fondo que a la forma, es decir a lo que se dice y no como se escribe. El efecto de las redes sociales se extiende.

Las faltas de ortografía nos permite suponer muchas cosas de un candidato: que su habilidad en la escritura es muy pobre; que creen que el pueblo es ignorante y no es necesaria la ortografía correcta, al fin que ni por enterado se da; que su equipo de colaboradores es incompetente en gramática; que no quieren pagar para no rebasar el tope de gastos de campaña. Creen que solo con Photoshop y propuestas “alegres” es suficiente para crear una imagen de “inteligente”.

No dudo que más de un candidato piense que se exagera en eso de la ortografía: “En qué afecta un «tu» sin acento o con acento, o usar mayúsculas indiscriminadamente; para qué preocuparse por nimiedades como las tildes, nombres propios o signos gramaticales, ¿acaso muere alguien?”. Probablemente creen que deba de jubilarse a la gramática, como lo ha hecho en Facebook.

Pensar que una propaganda con faltas de ortografía no es importante, es como creer que consumir un cigarro de mariguana y una raya de cocaína de vez en vez no daña a nadie. Sin embargo, el narcotraficante se fortalece de estos ingenuos que le llenan el bolsillo. Cada grapa o carrujo comprados equivale a una bala que deja huérfanos y viudas, además de robar la tranquilidad de todos.

Entonces, me hago la siguiente pregunta: ¿se puede confiar en un candidato que afirme que la educación es la base del progreso y que prometa mejorar la enseñanza con más y mejores escuelas, maestros preparados y horarios ampliados cuando es incapaz de presentar su propaganda con buena ortografía? Simplemente resulta incongruente.

*Relación de la propaganda revisada: Ricardo Barroso Agramont, Carlos Mendoza Davis, Carlos Sánchez, Axxel Sotelo, Roxana Bermúdez, Juan Alberto Valdivia Alvarado, Saúl González, Fernanda Villarreal, Jisela Paes y Diana Von Borstel.

Twitter: @gerardocejag
http://cuestiondeestilobcs.blogspot.mx/

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