lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Con el acento o sin él?

Uno de los principales problemas que se nos presenta al redactar un texto es la colocación del acento en las palabras. Quien no conoce las reglas de acentuación intenta evitar este contratiempo redactando todo su trabajo con letras mayúsculas, sin embargo, de poco le sirve porque en las capitulares también es obligado poner la tilde.

El acento prosódico es la alteración fónica de la palabra en una de sus sílabas (la cual se denomina sílaba tónica). En el lenguaje hablado la identificamos con el énfasis al pronunciarla. Pero en la escritura lo hacemos con la presencia o ausencia de la tilde, es decir la “rayita” (que en términos generales también se le considera una virgulilla). Este pequeño signo nos permite definir la pronunciación y el significado de los vocablos. Por ejemplo, las palabras «hábito», «habito» y «habitó» gráficamente se escriben igual, sin embargo, la tilde les da significados diferentes.

Para empezar debemos saber separar silábicamente las palabras, esto con el fin de identificar la sílaba tónica que es donde cae la mayor fuerza de la voz. Por ejemplo «ratón» es una palabra de dos sílabas (ra-tón) y la sílaba tónica es -tón.

Las palabras las clasificamos dependiendo de donde se ubique la sílaba tónica. En las agudas se encuentra en la última sílaba: cartón, dintel, futbol; en las graves, en la penúltima: lápiz, colcha, López; en las esdrújulas, en la antepenúltima: petróleo, águila, horóscopo; y en las sobresdrújulas, una antes de la antepenúltima: déjamelo, tómatelo, llévatelo.

Las reglas de acentuación establecen que las palabras agudas llevan tilde cuando terminen en -n, -s o vocal: camión, Cortés, comité; pero cuando no cumplen con lo anterior se omite: total, Cortez, captar.

En las graves digamos que la regla se invierte; se acentúan gráficamente siempre y cuando no terminan en -n, -s o vocal: árbol, ángel, tórax; y se escriben sin tilde, por ejemplo, margen, latas, toro.

Como se habrá dado cuenta, en las palabras agudas y graves no en todos los casos aparece la tilde, pero sí en las esdrújulas y sobresdrújulas. Entonces recordemos que estas dos últimas siempre llevan acento gráfico.

Tomemos como referencia que el lenguaje fue primero hablado y después escrito, entonces la acentuación tiene un carácter fónico, por ello debemos considerar este aspecto para acentuar correctamente. En México decimos «futbol» por lo cual es una palabra aguda y se escribe sin tilde, ya que terminar en “ele”; pero los argentinos la pronuncian «fútbol» como grave, así que ellos la acentúan de acuerdo con la regla. En nuestro país es «mira» sin acento gráfico en la -i por ser una palabra grave terminada en vocal, sin embargo en Argentina se escribe «mirá» y la acentúa porque es aguda.

Las reglas de acentuación establecen que las palabras monosílabas no debe tildarse: sol, fe, dios, fui, vi, vio, dio…, sin embargo hay una excepción para estos casos que es el acento diacrítico, el cual se usa para diferenciar palabras de igual escritura pero con distinto significado: «él» equivale a un pronombre y «el» a un artículo determinado. Para mayor información sobre los diacríticos puede visitar mi blog y ver el artículo publicado sobre este tema el 16 de abril.

Sería imposible poder definir y explicar en este espacio todas las características del acento prosódico, pero siempre es bueno empezar con lo básico.

Recuerde que el acento puede cambiar el significado de una palabra y el sentido que deseamos darle a nuestra oración, por ello no es lo mismo decir «Estudio ingles para mejorar mis condiciones de vida» que «Estudio inglés para mejorar mis condiciones de vida».

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martes, 24 de septiembre de 2013

El guion



Existen tres categorías de signos ortográficos y se agrupan en diacríticos, de puntuación y auxiliares. Los signos auxiliares son un grupo especial de figuras que contribuyen a la correcta lectura e interpretación de los textos. El guion es uno de los llamados signos auxiliares cuya forma es una pequeña línea horizontal (-). En teoría, el guion debe de ser dos veces más pequeño que el signo menos (-) y cuatro veces menor que la raya (–), sin embargo los dos primeros, al menos en los programas de Word, no son diferentes. Por cierto, en ese mismo software la raya no se encuentra en el teclado sino que se inserta con Atl + 0150.

Entre las funciones más conocidas de este pequeño pero importante signo, está la de dividir la palabra al final del renglón, muy socorrido en las antiguas máquinas de escribir, sin embargo actualmente con los programas de computadora es poco frecuente hacerlo. A pesar de lo anterior si se llega a dividir una palabra al final de un renglón se recomienda evitar que coincidan con voces malsonantes como especta-/culos, dis-/putas, pedo-/filia. Otro uso muy conocido es el de separar por sílabas: es-pe-ra.

El guion tiene la capacidad de separar palabras, pero también nos sirve para unirlas: Congreso de la Lengua Árabe-Española, Cámara México-Americana de Comercio.

En relación con dos adjetivos que modifican a un mismo sustantivo, es necesario usar el guion: curso teórico-práctico, literatura infantil-juvenil, conflicto árabe-israelí; en estos casos cada palabra conserva su acento gráfico. Sin embargo, las Academias marcan que si un adjetivo en forma modificada termina en –o puede ser susceptible de unirse sin guion: maxiliar-facial / maxilofacial, bucal-dental / bucodental, cervical-uterino / cervicouterino, lectura-escritura / lectoescritura.

Existen palabras llamadas prototípicas que se forman con la yuxtaposición de dos sustantivos y por ser de uso generalizado no requieren del guion: camión cisterna, sofá cama, hombre rana, coche bomba, comida chatarra, perro guía. Sin embargo, ciertas yuxtaposiciones ocasionales necesitan del guion: hombre-camión, bici-carril. Cuando llegan a ser de uso común el guion puede eliminarse.

En las voces onomatopéyicas solo se admite el guion cuando representan un sonido repetido: “Solo se escuchaba ta-ta-ta-ta, pero no sabía de dónde venían los disparos”. “Tan-tan-tan, sonaban las campanas del pueblo”.

Los prefijos siempre van unidos a las palabras que afectan, sin embargo hay casos en que se necesita del guion porque inician con mayúscula: anti-Obama, mini-PC, pro-Calderón.  

Por cierto, en la última “Ortografía de la lengua española” (2010) se determinó que la palabra guion, al igual que otra serie de vocablos, es monosílaba y por ello deberá escribirse sin acento.

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lunes, 16 de septiembre de 2013

Los estadounidismos

Las particularidades de los idiomas se dan por distintos factores, uno de ellos es por la influencia de otras lenguas, por ejemplo en México muchos vocablos, giros y modo de hablar se derivan del náhuatl y son palabras bien formadas que pertenecen a la lengua culta. Lo anterior se conoce como regionalismos y cada país los tiene, sin embargo, fuera de su contexto nacional es recomendable hacer las precisiones correspondientes, porque puede causar confusión si no se conoce su equivalente.

Lo regionalismos se identifican con el nombre de cada nación: mexicanismos, peruanismos, colombianismos y más recientemente los estadounidismos en español. La lengua de Cervantes ha tenido un crecimiento excepcional en la tierra del Tío Sam y se pronostica que en el 2050 este país llegará a ser la primera nación hispanohablante en el mundo. El español en Estados Unidos lo norma la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) que se fundó en 1973 y cuya sede está en Nueva York.

Los estadounidismos son palabras formales propias de esa nación americana, influenciadas por el contacto del inglés y que nada tienen que ver con el espanglish, el cual no es una lengua sino un modismo que el diccionario de la Real Academia Española define como “modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos, en la que se mezclan, deformándolos, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés”.

En la Unión Americana, como en todos los países hispanoparlantes, usan un español estándar apegado a las normas generales de ortografía, gramática y sintaxis. Oír o leer estadounidismos a través de los medios de comunicación hispanos puede resultar confuso para cualquier persona no nativa o sin el nivel de adaptación adecuado: “En Los Ángeles se realizó la parada del cinco de mayo”; “El Departamento de Justicia dijo no saber nada sobre el operativo «Rápido y furioso»”; “La deuda de Estados Unidos es por varios trillones de dólares”; “Miles de personas aplican para el trabajo”, “Muchos inmigrantes pueden resultar elegibles con la propuesta de Obama”; “Debajo de la carpeta fue encontrada el arma”; “Los lesionados fueron llevados a emergencias”; “Miles de CDs fueron decomisados en la frontera”. Los equivalentes en México serían desfile por parada; secretaría por departamento; billón por trillón; solicitar por aplicar; beneficiario por elegible; alfombra por carpeta; urgencias por emergencias y CD por CDs.

El Gobierno de Estados Unidos conoce de la importancia del español, por ello se asesora con organizaciones como la ANLE para mantener un contacto adecuado con la comunidad hispana. Así, en los nombres de las entidades gubernamentales usa el criterio de selección de vocabulario y se rige por la mayor correlación directa posible con el inglés, pero procurando que toda la comunidad que habla español lo entienda. Por ejemplo, la palabra “droga” tiene la connotación de “medicamento” en Food and Drug Administration, y no se traduce como “Administración de Drogas y Alimentos” sino como “Administración de Alimentos y Medicamentos”. Pero en el caso de la DEA (Drug Enforcement Administration) sí aplica como tal la palabra y su traducción es Administración para el Control de Drogas.

Derivado de un estadounidismos en inglés, la palabra America (en este caso sin acento) equivale a “Estados Unidos”, y es el nombre abreviado que utilizan para referirse a su nación, por lo tanto, su uso interno es correcto, pero fuera de ahí “América” (ahora sí con acento) equivale a todo el continente y no a un solo país. Por ello frases como God Bless America!; The American dream!; I'm from America!; Captain America, deben de ser traducidas (o en su caso entendidas) como ¡Dios bendiga a Estados Unidos!; ¡el sueño estadounidense!; ¡vengo de Estados Unidos!; Capitán Estados Unidos.

Le recomiendo visitar la página electrónica de la Academia Norteamericana de la Lengua Española: www.anle.us.

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lunes, 9 de septiembre de 2013

La escritura de las cantidades


Para representar las cantidades con números se debe tener en cuenta ciertas reglas para evitar malos entendidos. En la actualidad usamos la numeración arábiga cuyos símbolos son 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y se conoce como sistema de numeración posicional.

Es costumbre en México dividir los números mayores de cuatro cifras en grupos de tres  y separarlos con una coma y el decimal, con un punto: 4,280.45. Pero no en todos los países se usa igual, pues en Argentina, Chile, Colombia, el Ecuador, España, el Paraguay, el Perú y Uruguay lo utilizan a la inversa: 4.280,45. Lo anterior puede crear cierta confusión, porque si un cable informativo de EFE indica que “más de  15.550 personas han perdido sus casas”, en México podemos creer que es muy poca gente ya que interpretaríamos la cifra como “casi dieciséis españoles”.

Ante esa situación, la Organización Internacional para la Estandarización (ISO por su sigla en inglés) y la Oficina Internacional de Pesos y Medidas resolvieron que se emplee un pequeño espacio en blanco para separar las cifras en grupos de tres, de este modo, el uso del punto o coma únicamente queda para identificar los decimales: 10 250 304.25 / 10 250 304,25. Vale la pena aclarar que en un principio las mismas organizaciones internacionales habían dado preferencia a la coma para la separación entre la parte entera y los decimales en todos los documentos de difusión internacional, sin embargo, la Organización Internacional para la Estandarización decidió, en el 2003, aceptar ambos signos porque usar la coma como delimitador decimal puede entrar en conflicto con  la costumbre en los países que manejan el punto.

La separación con un espacio en blanco se utiliza como norma en documentos internacionales, sin embargo, la tradición de separar con comas las cifras que representan cantidades se mantiene vigente en México, aunque la “Ortografía de la lengua española” no lo recomienda; incluso desaconseja el uso del apóstrofo, el que nosotros colocamos para separa millones: 1’500,550.20.

No debemos olvidar que el símbolo monetario que representa al peso se debe escribir siempre sin espacio de separación con el número: $546.00 y no $ 546.00; además al colocar el símbolo nos obliga a omitir la palabra “pesos” de otra forma tendríamos una repetición innecesaria.

Por último, es conveniente aclarar que la separación de las cifras en grupo de tres solo se aplica a cantidades y nunca en los siguientes casos:
*números que designan años: 1980, 2001, 20000 a. C.;
*números de paginación o numeración de versos: pág. 12356, verso 1005;
*números de textos legales o divisiones: art. 1524, Ley 15484 del Código Civil;
*numeración de calles, casas, códigos y apartados postales: Calle Gato 2785, C. P. 26030;
*códigos identificadores, números de registro: registro de salud 1758469, serie 1255889-B, norma ISO-25695.

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