lunes, 8 de julio de 2013

La equis mexicana


Entre las características que distinguen a México de otros países está su nombre, el cual se escribe con equis. Ricardo López Méndez lo resalta en una de las estrofas de su poema
«El credo mexicano»:
“México, creo en ti,
porque escribes tu nombre con la equis
que algo tiene de cruz y de calvario;
porque el águila brava de tu escudo
se divierte jugando a los "volados"
con la vida y, a veces con la muerte”
(…)

Entre los antiguos pobladores de lo que hoy conocemos como México, se encontraban los mexicas (se pronuncia meshicas), un pueblo que conformó un imperio en el territorio mesoamericano. Los antepasados de este grupo de guerreros-sacerdotes fueron los aztecas quienes llegaron al valle de México buscando la “tierra prometida”, cuya señal sería un águila devorando a una serpiente y posada en un nopal. En ese lugar se erigió México-Tenochtitlan capital del imperio mexica.

Existen varias versiones sobre la etimología del nombre de México. Una de ellas dice que proviene del náhuatl Mexictli, palabra compuesta por Metztli (Luna) y Xictli (ombligo o centro) que significa “hijo de la luna” (el padre es el Sol), y el locativo “co”. Se puede traducir como “lugar donde está Mexictli”.

La lengua náhuatl carecía de letras y se representaba con grifos (ideogramas), por ello los europeos escribieron las palabras indígenas de acuerdo con su pronunciación.

Los conquistadores llegaron a América a finales del siglo XVI y durante los primeros tiempos escribieron con equis las palabras náhuatl que se escuchaban como -sh-. Cabe destacar que entre las letras que han tenido una compleja evolución en nuestro idioma se encuentra la equis. Según cuenta la historia, en el español medieval esta letra tenía dos valores fónicos que eran -ks- y -sh-. Se dice que este último evolucionó hasta convertirse en el fonema -j-. En resumen, la grafía equis medieval representaba tres sonidos: -ks-, -sh- y -j-.

Lo complejo del español mexicano es que la equis (en las palabras derivadas del náhuatl) tiene cuatro valores fónicos que son -ks-, -sh-, -j- y -s-. Van algunos ejemplos: nixtamal (nikstamal), Ixhuacán (ikshuacán), Tuxtepec (tukstepec), Tlaxcala (tlakscala), Mixcoac (mikscoac); Xola (shola), Xicalango (shicalango), mexica (meshica); México (Méjico), Oaxaca (oajaca), Texas (tejas); Xochimilco (sochimilco).

En 1815 la ortografía académica limitó el valor fónico de la equis al que actualmente conocemos (-ks-) así que todas las palabras que se habían escrito con equis pasaron a representarse con -j-: Xalisco por Jalisco, Mexía por Mejía, Xavier por Javier, etcétera.

Por lógica, el nombre de México debió adecuarse a Méjico, así que varios personajes importantes de nuestra historia, en el siglo XIX, comenzaron a escribirlo con jota, sin embargo otro grupo de ilustrados decidió no hacer cambios, pues sintieron que con la equis destacaban la identidad prehispánica. Por ello se decidió conservar la grafía antigua y mantenerla contra viento y marea. En algunos lugares del mundo quisieron ignorar tal deseo y el gobierno nacional llegó incluso a devolver la correspondencia que estuviera rotulada como Méjico.

Aunque las Academias de la Lengua aceptan como validas Méjico, Oajaca y Tejas, recomiendan escribirlas con equis por ser mayormente aceptadas y conforme a la tradición ortográfica de nuestro país.

Twitter: @gerardocejag
http://cuestiondeestilobcs.blogspot.mx/

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